sábado, 16 de febrero de 2013

Nunca fui de esos gatos a los que le guste mucho eso de andar pasándose la lengua.
si me la paso se me queda pegada y a lo último hago el esfuerzo de que llegue hasta la punta y ahí me quedo, trabado, con pelos en la lengua y una bronca tremenda.
mejor que me peinen, que venga la chica que vive conmigo y me pase el cepillito ese rojo
eso sí que me gusta, ronroneo como un poseso.
grrn grrrn grrn grrrn
después me hincho las bolas de tanto acicalamiento y muerdo con fuerza las cerdas para que ella se de cuenta de una vez que ya estoy peinado y que quiero que se vaya, que esta bien un poco de demostración de cariño pero que no se confunda, soy un gato no un oso.
y vuelvo a mi estado preferido, la siesta, con mi pullover puesto en pleno verano, sin mojarlo, asi.
Decime, a quien se le ocurriria, languetearse el pullover?

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